PEAKING, tu nuevo mejor disfrute
Hoy vamos a hablar de una práctica que podríamos decir que está en vías de extinción, ya sea por el nivel de vida que solemos llevar tod@s o porque simplemente no caemos en que la clave está en disfrutar del camino al éxtasis con nuestra pareja. Hablamos sobre el “peaking” o “slow sex” o en español “sexo despacito”.
En los últimos años se ha visto que con el nivel de vida que solemos llevar queda muy poco tiempo en el día para disfrutar en pareja, ya sea porque estamos trabajando y cuando llegamos a casa simplemente de lo único que tenemos ganas es de descansar o bien por situaciones familiares que tampoco favorecen nuestra situación sexual, por lo tanto, estamos hablando que el poquito tiempo que tenemos para disfrutar en pareja es un “aquí te pillo y aquí te mato” que no está mal de vez en cuando, pero la finalidad del sexo no es llegar al orgasmo cuanto antes, sino, disfrutar del proceso de la relación sexual, desde la conversación previa más caliente, con la intención de arrancar nuestro deseo sexual e ir poniéndonos en marcha, y jugueteos hasta el momento del orgasmo, eso sí, sin prisas ni carreras.
Lo que de verdad importa es disfrutar con nuestra pareja el poquito tiempo que tengamos, eso es cierto, pero también es cierto que de vez en cuando debemos sacar tiempo para disfrutar a una escala mayor y durante todo el tiempo que necesitemos. El “peaking” trata sobre eso, disfrutar de y con nuestra pareja durante las relaciones sexuales sin importar el tiempo que estemos practicándola, es decir, a más tiempo, mejor y más disfrutaremos.
Peaking está fuertemente influenciado por el famoso sexo tántrico y su filosofía es la de pararnos en todos los detalles, conectar con nuestra pareja durante el sexo, espiritual y corporalmente, es decir, ser conscientes de que los dos seamos uno durante la práctica sexual.
Pero…¿qué es exactamente el Peaking?
Exactamente el peaking es una práctica sexual que se centra especialmente en retrasar la llegada del orgasmo, alargando el máximo tiempo disponible nuestros encuentros sexuales.
No queremos decir que no haya orgasmo, si no que este se retrasará todo lo posible para hacernos disfrutar de las demás fases de nuestro momento íntimo.
Una vez sabiendo esto, daremos unos pequeños consejos para poder llevarlo a cabo y disfrutar siempre que tengamos un momento de calma, tranquilidad y ganas de pasarlo bien con nuestra pareja. Así que lo primerísimo que debemos hacer es hablar con nuestra pareja, que es el pilar fundamental de cualquier encuentro sexual, para concluir que debéis haceros esperar mutuamente, simple y llanamente para disfrutar del camino hasta llegar al culmen y no esperéis a estar en plena faena para hablar de ello ya que primero habrá que plantearlo y mentalizarse de cómo vas a desarrollar nuestro momento de placer.
¿Y de qué forma lo desarrollamos?
Pues muy sencillo, reservad una velada para vosotros en intimidad, olvidando todo lo demás y teniendo claro que, en esa velada, vosotros seréis los que decidáis que el tiempo está pasando, pero no le daréis la más mínima importancia. Eso sí, si por cualquier motivo vuestro tiempo disponible no lo controláis, es mejor dejarlo para otro día…
Aquí la clave reside en explorarnos mutuamente, durante el máximo tiempo posible, por ejemplo, podríamos empezar incluso el día antes calentando motores y calentando a nuestra pareja, eso siempre puede ayudarnos a jugar con nuestra imaginación para que luego solo tengamos que dejarnos llevar rumbo al éxtasis.
Una vez llegado el día del encuentro, deberemos de escuchar a nuestros cuerpos para acelerar o frenar el ritmo según los niveles de excitación para llevar una misma marcha y circular a la vez por la utopía del disfrute. Y le daremos máxima importancia explorar nuestros propios cuerpos, jugando más, mirándonos más y palpándonos más, recorriendo hasta el último centímetro del cuerpo de nuestra pareja, ya sea con las manos, dedos o con la lengua.
Jugaremos con cada punto erógeno de nuestros cuerpos con paciencia y manteniendo en todo momento conversación sobre si nos gusta y haciéndole ver a nuestra pareja que lo está haciendo bien y que por ahí se va por buen camino, este es el fundamento del peaking, así retrasaremos el momento de la penetración y nuestros niveles de excitación aumentarán indescriptiblemente. Aunque también hay que ponernos en el caso de que no podamos controlar nuestro éxtasis, no nos preocuparemos ya que en las primeras veces que practicamos el peaking es normal que ocurra, simplemente lo volveremos a intentar la próxima vez.
Y… ¿podemos usar algún complemento durante el Peaking?
Por supuesto que la respuesta es ¡sí! Podemos vivir el peaking como si de unos preliminares se tratasen, podemos incluir vibradores, succionadores, aceites de masaje, geles lubricantes, estimulantes, etc.
¡Más es mejor! Como recomendación siempre empezar los preliminares con un buen masaje erótico, ya sea con nuestras manos, o con nuestro propio cuerpo, también están los aceites de masaje o geles con efecto calor comestibles que darán muchísimo juego siempre.
Algún que otro estimulante para sexo oral también puede ser una muy buena opción ya que nos estimulará y daremos y recibiremos placer en ambas direcciones ya que suelen ser unisex.
Un estimulante unisex del tipo geles vibradores por ejemplo pueden hacernos muy buena compañía a ambos y harán que nuestro placer también se multiplique.
En resumidas cuentas…
La finalidad del peaking o slow sex es la de fortalecer el vínculo que nos ata con nuestra pareja y hacernos ver que en el camino hacia el disfrute está la clave de la diversión, sobra decir que el peaking no es para realizarlo todos los días, pero sí para cuando tengamos más tiempo para nosotros ya que lo tendremos en mente porque los niveles de excitación que podemos conseguir durante esta práctica son muy diferentes del resto de prácticas, es otra forma más de luchar contra la rutina o monotonía y va mucho más allá de probar una simple postura nueva, lo que más hace destacar el peaking es la creación de una conexión intensa con nuestra pareja durante toda la relación olvidándonos de lo demás.